Como todas sabéis están muy de moda los cubre-botas, y hay un montón de ejemplos guapísimos en las redes.
Yo no voy a enseñaros un cubre-botas cualquiera, si no uno fijo, no de quita y pon. Me hubiesen gustado con plumas, pero al ser fijos tengo miedo a que se me estropeen rápido si las pongo. Así que haremos otro para otras botas diferentes que podamos poner y quitar.
El año pasado, con la llegada de Tuco (el 3 de Enero hizo un año que llegó a nuestra familia) hubo algunos percances, y unas botas nuevas recién compradas sufrieron con dichos percances jajaja. Las había puesto solo un par de veces y se comió literalmente la parte de arriba de estas.
Así que decidí guardarlas hasta que se me ocurriese como arreglarlas sin demasiadas parafernalias, pero a la vez coquetas.
Busqué un arsenal de cosas, algunas vintage, otras mas modernas. Y finalmente solo utilice dos de ellas, unos ribetes de cortinas en un tono granate, muy de moda este invierno y una cenefa blanca. Ambos elementos son de la época de mis abuelos, años 40/50. A su vez le quite a las botas una de las tiras que las adornaban para que no estuviesen muy cargadas, quizá me arrepienta y haga algo con ellas.
El ribete de la cortina esta rematado en muchos sitios, no es una tira, si no varias unidas entre si. Por eso se pueden apreciar en las fotos algunos pequeños desperfectos en el tejido.
El resultado final fue el que veis en la siguiente foto, después de pegar la tira cortada a medida con silicona caliente. Si queréis hacer algo parecido para tapar alguna imperfección de unas botas que os gusten simplemente tenéis que usar la imaginación y buscar en vuestros cajones :)
A nuestra perrita Isis le interesaron mucho, esperemos que sobrevivan a 2015 jeje.
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